Conf_Las Plazas de Valencia

Title
Conferencia Espacios Públicos y Arquitectos. Las plazas de Valencia

Author
Alberto Peñín, arquitecto y académico

Petitioner
Texto reelaborado a partir de la Conferencia pronunciada el 4 de Octubre de2018 en la UPV-Depto. de Composición, en una de las Jornadas Académicas con motivo del 250 aniversario de la Real Academia de Bellas Artes de S. Carlos. Publicada por TC Cuadernos, en 2020.



Description

La ciudad y espacios públicos

La ciudad es algo más que manzanas edificadas. Por de pronto tiene plazas, lugares de encuentro, referencias urbanas. La historia es rica en ellas: el Ágora, el Foro, las Plazas Mayores o del Mercado, las plazas medievales, la Normativa colonial americana. Siempre han sido símbolo de la ciudad. La calle era solo el itinerario y acceso a la vivienda y la plaza el lugar para concentraciones y celebraciones felices o infelices de sus habitantes, su sala de estar.

En tiempos modernos se produjo la segregación de la calle en calzada y aceras. La burguesía tomó la ciudad. A la calle y a la plaza se abrieron miradores y balcones de las viviendas. La calle fue después el polideportivo de niños y estancia social al aire libre, paseo y desahogo. Ambas, multiusos. La aparición del coche y la conquista del tiempo libre, como nuevos factores urbanos, cambiaron las cosas y provocó una mayor segregación de usos. Tráfico, paseo, espectáculos y compras, compiten por el espacio público. Haussman había exige claridad, control, los ilustrados también.

Cuando en los años 60 se llegó al dominio urbano del coche (”Trafic in towns”, de Colin Buchanan,  1963) se estableció tácitamente un modelo de convivencia o “pacto de no agresión” entre ciudadanos y automóviles, con semáforos, pasos de peatones, direcciones únicas, rondas y penetraciones, calles de servicio y fondos de saco, y finalmente, calles salón. Y centros comerciales. Es palpable en estas fechas la influencia del comercio y el ocio. El tiempo libre desencadena un nuevo factor urbano y, con el vehículo, un nuevo modelo de uso del suelo. Además, ofrece oportunidades de disfrute antes desconocidas. El coche y el tiempo libre, son nuevos factores del hecho urbano. Los vehículos compiten y ganaron por goleada el espacio público.

En estos últimos años, en el mundo: Richard Rogers, Solá-Morales, Jan Ghel, Jordi Borja, Just Oliva y otros han, hemos, apostado por los espacios públicos. La evolución de la ciudad, no es una historia de arquitectos, pero sí han estado presentes  los arquitectos.

“L’espai públic és un espai de gran importancia urbanística,neutral com espai comú de trobada

 i gran protagonista de la ciutat. Li dona el valor d’us. Es la gran sala d’estar i gran escenari on

 es desenvolupa la vida ciudadana. Es neutral, no dissenyat al servei de finalitats  econòmiques,

 imparcial, igualitari per a tothom. Es l’únic vertebrador de la ciutat” (J.Oliva) 

 

“La calle, la plaza del espacio público y cívico, la ciudad abierta, de mezcla y contacto, no es

una melancolía de urbanitas maduros” (J.Borja)

 

“Cuando más popular es el barrio, mayor es la importancia del espacio público” (R. Rogers)

 

Convengamos que los espacios públicos y las plazas, son piezas clave de afirmación colectiva de unos nuevos pobladores, variados y cambiantes;  y símbolos de su nueva ciudad, como dije en 2016 en el Discurso de ingreso en la Academia de S. Carlos, dedicado al “Elogio de la ciudad”.  No puedo sustraerme a una cita más larga del mismo, muy relacionada con el tema:

 

En la ciudad amable que queremos conseguir, el espacio público (en general) es nuestra más fácil intervención profesional, simplemente dejando al paseante o peatón, al que lo utiliza para descansar, jugar o relacionarse, sus mejores zonas en plazas y calles, y relegando al automóvil a su papel servidor –y no protagonista del mismo- sin mermar su capacidad de acceso a viviendas y actividades.

 

La diversidad, la falta de raigambre de sus habitantes, aún hace más necesario el cuidado de estos espacios comunes abiertos o cerrados; en estos mismos contenedores o en sus contenidos internos. Llevando el bienestar y el arte urbano a la calle, poniendo donde hay ruinas, color y poesía, entablando diálogo con sus muros, solares y esquinas. Valorando, además de su uso, su capacidad de comunicación o experimentación. Incorporando otras simbologías nacidas de nuevos grupos sociales, despojándonos de prevenciones y miedos.  

 

Hoy, no podemos creer que la identificación con una ciudad sólo provenga de haber sido nuestro lugar de nacimiento o de nuestra historia familiar. Las tradiciones ayudan, pero nada más. Convengamos que hay que enseñar su historia a los nuevos ciudadanos para que la conozcan y la hagan suya, en un proceso en el que los espacios públicos (no sólo las plazas) pueden jugar ese papel de piezas clave de afirmación colectiva y símbolos de su nueva ciudad: como son en Valencia la Gran Vía, el Jardín del Turia, las plazas centrales de Benimaclet o Patraix, la plaza de la Virgen o Blasco Ibáñez, sin ir más lejos”.

 

Convengamos la necesidad de una nueva política urbana, para una ciudad a renovar y recuperar. En la periferia y también en el centro. La movilidad, el transporte público, la accesibilidad, serán instrumentos clave para ello. Se trata de establecer nuevos objetivos y prioridades, y explicarlos muy claramente a la ciudadanía. Han sido muchos años de funcionamiento y  preferencias muy diferentes y, por tanto, hay que ser didácticos y cercanos a los sentimientos de una población que teme el hundimiento de su ciudad o no le importa nada. En ello, los arquitectos tenemos una responsabilidad como autores de proyectos y como divulgadores y expertos.

 

Plazas en Valencia

En Valencia, las plazas no forman parte de nuestra mejor tradición urbana. En la Edad Media estaba la del mercado y poco más. Calles tortuosas y estrechas “edificada per moros a lur costum” (Amadeo Serra y Arturo Zaragoza “La ciudad medieval” en Historia de la ciudad I- 2.000). Otro artículo en dicha colección, de J.V. Boira (H C VII-2015) da cuenta de dónde sitúa el virrey Colonna los puntos de encuentro para las milicias en los 4 puntos cardinales del interior de la muralla (seudo plazas: Serrans, Predicadors, Russafa, Pça Misericordia-Quart). En la actualidad, las plazas siguen siendo una asignatura pendiente.

 

Las que disponemos hoy ofrecen un origen diverso.

-De la época fundacional quedan restos: Pza. Almoina-Pza Arzobispo-Pza. Virgen.

-De la trama medieval: la del Mercado extramuros, Serranos-Fueros, Predicadors-

 Tetuán, Pza. Misericordia-Quart y las plazas de “oportunidad”: Dr. Collado, Pza.

 Redonda (Matadero).

-De antiguos núcleos de población, hoy embebidos por la ciudad: Ruzafa, la Cruz del

 Cabanyal, Mayor de Nazaret, Grao, Benimaclet, Orriols, Patraix, Campanar.

-Procedentes de desamortizaciones y exclaustraciones: S.Francisco, Sto Domingo, Pilar,

 Merced, Carmen, María Beneyto. 

-Procedentes de huecos, esponjamientos o grandes reformas, son quizá las hoy más

 relevantes: Tossal, Pza. Fueros, Pza. Manises, Pza. Reina, Casa del Relojero, Pza.

 Nápoles y Sicilia, Pza. Ayuntamiento, Pza. S. Agustín, Pza.Patriarca, Pza. Manuel

 Granero. Y más recientes: Pza. Viriato (plan Estructural RIVA), Pza. Mercat-Brujas.

 

No quedan más que trazas de las “squares” o plazas jardín al estilo británico que contenía el Plan de Reforma Interior de Aymamí de 1910 (Pza. Pellicers, Escuelas Pías, Mercado y Misericordia). Y no hubo ninguna en el 1º Ensanche de 1887, de Calvo, Ferreres y Arnau, ni en el 2º de 1912 de Mora. No hemos tenido mucha suerte con ellas.

 

En el Plan Especial de Protección de la Ciutat Vella, PEP Ciutat Vella 2018-2020, recientemente aprobado se renuncia y hace bien, a las aperturas de grandes plazas y aumenta la protección patrimonial, desbloqueando también, determinadas Unidades de Ejecución. Se recuentan hasta 11 como plazas a escala de ciudad y barrio, desde la Pza. de los Fueros y de la Beneficencia hasta la del Ayuntamiento y los Jardines del Hospital, de Norte a Sur de Ciutat Vella.

 

Y con ellas, el PEP señala una serie de placitas: Na Jordana, Misericordia, Maria Beneyto, Manises, Almoina-Arzobispado, Nápoles y Sicilia, Sto. Tomás, Plaza Redonda, Viriato, Patriarca, Rodrigo Botet, Pinazo, Pellicers, MUVIM.  Son un salpicado de espacios abiertos, pequeños, como corresponde a un CH muy grande (147 ha. y 22.500 hab.) pero de trazado medieval, denso y tortuoso.  Bastantes tienen un aprovechamiento social evidente. El Plan no ofrece propuestas de ningún tipo sobre ellas. El Avance de Ordenación pormenorizada de Revisión del PG, expuesto al público este año 2018, tampoco. Como dije al inicio, las plazas no forman parte de nuestra mejor tradición urbana

 

También hay profusión de guías y artículos de prensa sobre el particular. Los arquitectos han estado presentes en iniciativas urbanas. Incluso han promovido plazas y espacios públicos como colectivo (Colegio de Arquitectos) y contra viento y marea, como fue el caso de sus  Informes sobre las propuestas de Goerlich y del Ayuntamiento, en 1932 y 1935 o, por el contrario, con la convocatoria del desaprovechado Concurso de 1999 sobre la Plaza de la Reina (con 29 equipos presentados, un jurado de prestigio y un apoyo económico de la Caja de Ahorros), que ahora, casi veinte años después, se ha repetido y estamos a la espera de su ejecución.

 

Personalmente he intervenido en alguna de las iniciativas citadas y he hecho de las plazas valencianas uno de mis recurrentes temas de conferencias y escritos. Ver mi artículo “Plazas, placitas y chaflanes” en Levante, 11 Noviembre 2012 y entrevista en LP 20 Oct. 2010, de P. Ortiz. Si que es verdad, me reitero, que Valencia, con su poco interés por ellos, tiene múltiples ejemplos de espacios públicos de pequeño tamaño, producto de un ADN que se nutre de sol y aire que quiere calle y encuentro, café y charla: Barrios del  Carmen, Ruzafa, Catedral-Tapinería.

 

De la nueva política, hay muestras e iniciativas, muchas precipitadas y sin calidad urbana, que hacen recelar al ciudadano su aprecio por la regeneración. En la Ciutat Vella de Valencia se inició la política de replanteamiento del espacio público en el verano de 2015 con la tímida limitación de velocidad a 30 km/h, después ampliada a los otros centros históricos de Benimaclet, Ruzafa, Campanar y Grao. Y comenzaron las peatonalizaciones –en muchos casos provisionales- y la apertura de circuitos de carriles bici.

 

Convengamos que todo ello, junto con las líneas de transporte público, tendrán que obedecer a un Plan de Movilidad Urbana de la ciudad previo. Valencia propuso uno en 2013 centrado en la movilidad y accesibilidad, no en el encuentro. Cabría pensar, no dar palos de ciego y explicar. Quiero creer que lo haremos.

 

La intervención de los arquitectos

Esta conferencia está dirigida a los arquitectos, profesores y alumnos, a profesionales, en general, de la intervención urbana.

 

En la historia reciente de la ciudad ha habido intervenciones directas, desde Ferreres a Aymamí o el mencionado Goerlich, concursos, informes y actuaciones colectivas del Colegio de Arquitectos, además delas citadas, como, por ejemplo sobre la calle la Paz, la ampliación de la Pza de la Reina, el Cauce del Turia, El Saler, las Torres de los Jesuitas, y las muchas publicaciones y conferencias, que, acertadas o no, hablan del compromiso de hacer y pensar en la ciudad.

 

Sobre el espacio público “estoy cada vez más convencido del papel de la arquitectura y del arquitecto en conformar ese espacio público donde nos encontramos, donde nos vemos, donde tropezamos, donde vamos de compras y charlamos. Hay que buscar esos espacios de integración, porque hacen de la ciudad un elemento amable y útil para la vida social. Valencia tiene lugares donde te encuentras muy a gusto y otros donde te encuentras perdido.

Tenemos que recuperar las áreas amables, porque en la segunda mitad del XX las ciudades se han construido para los coches; y hay que recuperar sus condiciones de cercanía y encuentro. El tema es clave.” (A. Peñín, LP 20 Oct. 2010, entrevista P. Ortiz)

 

La coalición actual de gobierno (PSPV, Compromís y Valencia en comú) ya ha pregonado a Valencia como “ciudad de las plazas”. Esta soñada “ciudad de las plazas” se nos dice que se pone en marcha –escribe Josep Bartual, Levante 18/08/18- en Agosto de este año, con la remodelación de la Plaza Rojas Clemente del barrio del Botànic, en cuyo diseño han intervenido activamente sus vecinos y el colectivo “La Paisatgeria”.

 

Recordaba Carlos Aimeur (Valencia plaza, 3/09/17) que “el futuro urbanístico de València, tal y como reclamaban muchos arquitectos, pasa por rehacer las plazas”, o la más rotunda, que titula la crónica citada: “El futuro de València está en su plazas”. Y nombraba concretamente las cinco que el nuevo Ayuntamiento había propuesto abordar: S. Agustín, Mercado, Brujas, Ayuntamiento y Reina.

(Doy en proyecciones, la pequeña historia de las que debieran ser las grandes plazas valencianas, cuya transformación se anuncia: Reina, Ayuntamiento, Brujas-Mercado), S. Agustín). Será nuestra oportunidad de visualizar el cambio.

 

La evolución de la ciudad, pues, y termino, no es una historia de arquitectos, pero sí han estado presentes siempre y queremos que estéis, los arquitectos de hoy y mañana. Como profesionales y como ciudadanos.

 

 

                                                                                                                         Valencia, Marzo de 2020




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